Mi perro esta hinchado y decaído ¿Qué puedo hacer?

Todos los propietarios han tenido al menos una vez a su perro con vómitos y diarrea, pero si las molestias y las deposiciones blandas son más frecuentes y no cesan en días, el problema podría ser más serio y el perro podría estar sufriendo lo que se denomina «enteropatía crónica».

perros celosos

Cuando un perro tiene dolor de barriga suele comer muy poco, además de tener pocas ganas de jugar. Las señales de advertencia son también un apetito excesivo y anormal, con la ingesta de cosas no alimentarias, como por ejemplo trapos, a veces unido a la pérdida excesiva de peso, lo que indicará que existen problemas de absorción intestinal.

Algunas razas grandes como el Pastor Alemán, el Boxer, el Labrador y Golden Retriever tienen más predisposición, porque el primer año de vida, tiene ya un elevada incidencia de diarreas pediátricas desencadenadas por infestaciones parasitarias, por los cambios de dieta o por las típicas incursiones de los cachorros comiendo comida no adecuada o sobras de la mesa.

También hay otras razas como los Carlinos y Bulldog que como tienen las vías respiratorias más estrechas, pueden tener alteraciones del sistema intestinal. Este tipo de perro ejercita una presión excesiva sobre la mucosa gástrica predisponiéndolo a la formación de nódulos que obstruyen el paso de la comida desde el estomago al intestino.

Hay muchas causas que atentan contra el equilibrio del intestino. La alimentación equivocada o inadecuada, la intolerancia a ciertos alimentos, las infecciones e inflamaciones entéricas, el estrés o el uso de gran cantidad de antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos, son algunos de los motivos más comunes de la mala salud del intestino del perro.

El tracto digestivo, desde la boca al intestino, es la puerta de entrada de los alimentos, los microorganismos y las toxinas.

El intestino deja pasar los nutrientes, agua y bacterias amigas y bloquea el paso de los productos de desecho, sustancias nocivas y microorganismos «enemigos». Cuando el sistema inmunológico no está en perfecto estado, el intestino se desequilibra, no garantizando las funciones digestivas y de tránsito normales, provocando una serie de trastornos gastrointestinales crónicos molestos, como diarrea, vómitos, regurgitación, flatulencias y dolor abdominal que si no se tratan con rapidez, afectarán a la salud en general.

Después de 1-2 días de vómitos, heces blandas o aumento de las deposiciones, es importante llevar al perro al veterinario. La intervención temprana es esencial para localizar cual es el trastorno para así poner el tratamiento más adecuado o la dieta que debe tomar y de este modo evitar repercusiones, incluso graves, sobre el estado de salud general del perro.

Es importante informar al veterinario de la presencia de náuseas, si el perro manifiesta salivación excesiva o si hay presencia de moco o sangre en la diarrea e iniciar las pruebas de diagnóstico en profundidad enseguida, para descartar las muchas causas subyacentes de los problemas intestinales del perro, para así identificar la causa.

Una vez detectada la causa, el veterinario establecerá el tratamiento más adecuado que podrá ser desde una dieta específica, administración de medicamentos contra las infecciones y la inflamación intestinal o suplementos nutricionales que ayuden a restablecer el correcto funcionamiento del intestino.

Es importante ponerle el perro en ayuno pero debe beber mucha agua para evitar una posible deshidratación y evitar los remedios que usamos para nosotros, ya que pueden no ser los más adecuados para nuestro perro

Contenido relacionado

Razas de Perros