En el hogar el cachorro puede tener diferentes comportamientos «no deseados», como destrozos, ladridos excesivos, etc. Con respecto a la prevención de las conductas destructivas es bueno no coger el cachorro antes de los dos meses de vida ya que la primera educación tiene lugar junto a la camada.
Para favorecer un desarrollo adecuado del comportamiento es esencial que el cachorro permanezca con la madre durante el tiempo necesario para completar su primera socialización (hasta los dos meses). Vivir con los demás cachorros, bajo la supervisión de su madre constituye un verdadero proceso educativo. Por ejemplo: a partir de la tercera semana de vida, los pequeños empiezan a pelear entre sí llegando incluso a mordiscos dolorosos, que será cuando la madre intervenga, parando el cachorro demasiado exuberante. Si las carreras o las vocalizaciones son excesivas, la madre sujetara al cachorro hasta conseguir que se relaje, de modo que podemos decir que la presencia de la madre es un factor tranquilizador, que además facilita la exploración del ambiente por el cachorro.
Para favorecer la integración del cachorro en su nuevo hogar y que no aparezcan los comportamientos destructivos, síntoma de malestar, se pueden utilizar feromonas que actualmente existen en el mercado, además de preparar sus cuencos de comida, agua y sus juguetes. De esta manera el cachorro, superará más fácilmente el estrés de la separación de la madre y el cambio de ambiente.
Durante la noche es necesario permitir que el cachorro pueda estar en nuestra habitación, donde podrá descansar tranquilamente y será capaz de aguantar sus necesidades con mayor facilidad ya que hasta ese momento, el cachorro estaba acostumbrado a dormir junto a su madre y sus hermanos.
Cuando este solo, podemos optar por poner una verja/puerta para evitar el acceso del cachorro a algunas zonas, pero preparar la casa no es suficiente.
Cuando un cachorro entra en la familia debemos entender que nosotros debemos continuar con la labor de educación empezada por la madre y entender las necesidades etológicas que el cachorro nos expresa. Para lograr una relación equilibrada y satisfactoria que nos asegure la tranquilidad del cachorro, es necesario satisfacer tanto sus necesidades fisiológicas de alimentación, necesidades y sueño, como las de relación como los juegos, mimos, etc.. En este sentido, para completar el proceso de socialización, el paseo adquiere una gran importancia ya que de este modo las personas, perros, coches, ruidos, etc. serán bien conocidos e identificados como no peligrosos. Una correcta socialización hará que nuestro cachorro identifique las personas y otros perros como amigos.
En algunos casos, el cachorro puede tener alguna enfermedad de la conducta que se diagnosticara después como puede ser el síndrome de privación sensorial (cachorro miedoso) o síndrome de hipersensibilidad/hiperactividad (cachorro agitado) que pueden provocar que el perro destroce objetos como ropa , libros, almohadas, muebles sillas, paredes, etc. tanto en presencia de los dueños como cuando no están. En estos casos la destrucción se considerará el síntoma de malestar y no una “maldad”.
La detección temprana de una enfermedad de comportamiento permitirá aplicar un tratamiento adecuado.El aprendizaje a través de los castigos creara una relación de conflicto basada en el miedo.
El comportamiento de la exploración a través de la boca es normal para el cachorro hasta la edad de alrededor de los dos meses. Si el cachorro es enseñado correctamente desde el principio aproximadamente a los ocho meses de vida cualquier conducta destructiva habrá cesado. A partir de los 8 meses los comportamientos destructivos se deben considerar anormales, por lo que es bueno que le vea un especialista en conducta que, después de identificar la enfermedad, procederá a reeducarlo.