Cómo estimular al perro y ayudarle a comer

La mayoría de los perros adoran comer – parece estar siempre hambriento. El estado de apetito permanente se considera una característica normal de la especie canina. Durante su evolución, no siempre había alimentos disponibles. Era necesario comer cada vez que aparecía una oportunidad, y el perro debía estar siempre dispuesto a alimentarse. Pero no es inusual ver los dueños de implorar para que sus perros coman.

Mezclar caldos y sabores

Varíar en las marcas tratando de encontrar algo que aguce más el apetito y dando hasta comida con la mano. Curiosidad: una vez vi a un empleado de hotel para perros decir a dos Dogues alemanes palabras como «macarroni» y «mozzarella», con acento peculiar italiano. Él me explicó que, para comer, necesitaba conversar con los Dogues, según instrucciones que había recibido por carta de los dueños de los perros, una pareja de italianos. Como los Dogues no estaban comiendo, el funcionario decidió hablar con los perros en la lengua de sus propietarios. Cuando la falta de apetito no es causada por un problema fisiológico ni enfermedad, se puede estimular a los perros a comer con el uso de diversas técnicas de comportamiento.

Efecto «otros perros»

Quien tiene más de un perro en casa y quiere estimular el apetito de ellos puede colocar los platos con alimentos cercanos uno del otro. Como el perro es un animal competitivo, cuando percibe otros perros interesados ​​en su comida, pasa a ingerirla para evitar que la roben. Este comportamiento es instintivo, heredado de los ancestros que, si no comían o comían despacio, quedaban en desventaja.

Abrir el apetito

Un pequeño malestar, causado quizás por una leve gastritis, puede dejar el perro indispuesto para empezar a comer. Si mira la comida sin ánimo o incluso con señales de no estar bien (girar la cabeza, contraer el abdomen).
El truco es darle algunos granos de ración o un bocado, lejos del plato de comida, para ver si cambia y se interesa por el plato de ración. Cuando el perro es adiestrado, existe la posibilidad de practicar algunas ordenes con él y recompensarlo con un poquito de ración o con bocado en cada acierto, para abrirle el apetito.

Menor cantidad

Antiguamente era común alimentar a los perros adultos sólo una vez al día. Hoy se sabe que lo ideal es que coman al menos dos veces al día, para evitar algunos problemas de salud como gastritis   y complicaciones, como torsión gástrica. Hay perros que sienten más apetito en una determinada hora del día o que se alimentan compulsivamente en determinadas situaciones de estrés. Estos, a menudo, rechazan el alimento durante el resto del día. Tanto que una parte de los perros se alimenta sólo una vez al día.
Cuando el perro no come una de las comidas, los dueños lo compensan poniendo más ración en la comida siguiente. El problema es que el exceso de alimento en una comida reduce el apetito en la próxima. Por eso, se recomienda hacer lo opuesto en este caso: disminuir un poco la cantidad de la comida siguiente, para mantener al perro siempre con apetito.

Hay perros que sólo se alimentan cuando los propietarios llegan a casa. En ese caso, se disminuye la cantidad de comida ofrecida en la comida en la que están más estimulados, para comer también bien en la otra.

Malas señales

Muchas personas no lo saben, pero sin querer entrenan a sus perros a rechazar el alimento. Este comportamiento se ve reforzado cuando el perro se da cuenta de que si no come, el dueño se queda y conversa más con él, e incluso le da comida en la boca. El gran problema, en esa situación, es que, en ausencia del dueño, el perro se queda sin alimentarse y puede incluso pasar hambre. Y, si sufre de ansiedad de separación, las consecuencias tenderá a ser más evidentes. Lo mejor es tratar de corregir el hábito poco a poco, sin jamás dejar sin comida al perro durante mucho tiempo. Para ello, hay un conjunto de iniciativas que pueden ser adoptadas: ofrecer ración más sabrosa, disminuir un poco la cantidad servida para aumentar el apetito y evitar hablar con el perro si no está comiendo.